Salvar la carpintería original era la máxima prioridad para Michelle, así como preservar la integridad general de la casa tanto como fuera posible. “Toda esa área frontal, que es lo que recuerdo cuando era niño, es la más original de la casa. Eso es lo que no ha cambiado. Todo, desde el escritorio hasta los sofás empotrados y las puertas corredizas de vidrio, toda esa sección es original”.
Michelle recuerda que la casa rebosaba de amor y energía, mientras los amigos famosos (y que pronto serían famosos) de su tía y su tío entraban y salían flotando. “La casa siempre estaba llena de vida. Mi tía Doris siempre estaba cocinando”, recuerda. “Viví allí durante varios años cuando era adolescente, y llegaba a casa y había pulpos y cosas en el fregadero. Hacía todo tipo de platos. Ella siempre organizaba fiestas y siempre teníamos la casa llena de gente”. Era una casa llena de tesoros; Michelle una vez abrió un libro por capricho que estaba firmado por Maya Angelou. En otra ocasión, encontró un recuerdo enviado a los Robinson por Ike y Tina Turner. “Actores, celebridades y personas destacadas de la comunidad siempre venían. Abogados, arquitectos, lo que sea”, agrega.
Marc y Catherine se dedican a preservar la historia del hogar. “Una casa es siempre algo más que arquitectura”, dice Marc. “Son las historias y todo lo que sucedió en ellas. Pienso en cómo LA, y tantos vecindarios, tenían todos los convenios raciales. Era irreal que los Robinson pudieran construir una casa tan hermosa como esta, en ese momento y durante ese clima”.